Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Marzo 13, 2004

 

            “Mis pequeños, vuestra Madre Amantísima os trae hoy un mensaje de amor y de reconciliación, para todas las criaturas que se encuentran en este pequeño lugar.

            “¡Cuántas gracias debéis dar vosotros a Dios por el privilegio de que todos estés reunidos con el corazón arrepentido aquí, en este pequeñísimo santuario dedicado a vuestro Padre Celestial, a la Divina Trinidad y a vuestra Madre Amantísima.  No sabéis vosotros cuántas gracias, cuántas aleluyas debéis de dar siempre en vuestros corazones para que vuestra Madre Amantísima siga derramando las bendiciones en todos los lugares que aparezco para daros el Mensaje de Amor de vuestro Amado Jesús.

            “Este tiempo, pequeños Míos, es un tiempo importante para la humanidad, para el hombre que hoy se ha convertido en máquinas de matar, de torturar, y de perseguir a inocentes que sólo quieren vivir en paz bendecidos por Dios en este globo terráqueo que os dio para que vosotros todos glorificárais al Señor.  No existen palabras para explicar a cada uno de vosotros, sin que vuestra Madre Amantísima tenga que sufrir, porque todos los dolores que vosotros tenéis en vuestros cuerpos y en vuestro corazones, vuestra Madre Amantísima los escucha y los sufre con Ella y los traspasa a Jesús que, cuando lo clavaron en la Cruz, quiso llevarse todos los pecados de cada uno de vosotros.

            “Los hombres, pequeños Míos, no registráis  vuestros  corazones en un acto de contrición, el cual debéis hacer cada noche, cada vez que vais a vuestra cama, a vuestro lecho, ya que no podéis confesaros todos los días como es la tradición.  Ni siquiera dobláis rodillas ante Él.  Ni siquiera tomáis Su Cuerpo en vuestra boca.  ¿Y qué decís vosotros, que ya tam poco existe el vino simbolizando la sangre de vuestro Amado Jesús, igual que en la antiguedad muchos lo guardaban para tomárselo ellos, os hablo de los grandes patriarcas que guardaban el vino y la mejor parte de la limosna y no hacer la caridad?

            “Mi Bien Amado Jesús en este tiempo, aunque vosotros no lo creáis, revive el Calvario, su retiro en el  desierto, donde fue tentado por la malignidad y donde, pequeñas criaturas, se alimentó solamente con la sábila y calmó su sed.  Por eso debéis creer en la divina medicina que vuestro Padre Celestial da a la pequeña criatura [Rosa], para compartirlo con todos aquellos que son tocados sus cuerpos por enfermedades que el hombre hoy no puede sanar por haberse alejado verdaderamente de Dios. 

“¿Sabéis vosotros cuántos seres humanos, traspasados por los siete puñales del dolor de vuestra Madre Amantísima sufren en los hospitales, en sus hogares, en los asilos de ancianos, en los hogares substitutos donde son abandonados sus niños que pudieran ser salvos por el Espíritu Santo Sagrado de Dios.

“Si cada uno de vosotros creyerais y tuviereis fe en la oración…la oración salva, pequeños Míos;  la oración y ser tocados por manos consagradas a Jesucristo, el Crucificado, el que todos vosotros debéis abrazar todo el tiempo, y aunque lo llevéis en cada uno de vuestros corazones, tenéis que llevarlo a la vista de todos sin temor [llevar el Crucifijo].  ¿Sabéis por qué?  Porque ésta es el arma con que Jesús os puede sanar.  El Santo Rosario es el arma que vuestra Madre Amantísima le dio a Santo Domingo un día para que lo llevéis a donde quiera que vayáis. 

“Defended la Cruz, pequeños Míos.  Cada vez que vosotros besáis la Cruz en un acto de reverencia, estáis reconociendo que sólo Él os salva, que sólo Él a través del Espíritu Divino de Dios puede salvaros.

“En este tiempo, regocijaos en la esperanza de la reconciliación con vuestro Padre Celestial y abrazad la Cruz, porque grandes catástrofes se avecinan para el hombre.  Veréis grandes manifestaciones divinas porque el hombre se ha alejado de Dios, y su sacrificio, a veces, vuestra Madre Amantísima piensa que ha sido inútil, porque vuestros corazones están fríos o tibios en la fe.  Recordad que una fe ardiente es una fe divina.

“No quiero elevarme hasta que cada uno de vosotros recibáis el toque del Espíritu Santo.  Vuestra Madre Amantísima se aparta en unos momentos [para cederle el lugar al Espíritu Santo], pero estará presente aquí en cada uno de los corazones que han venido a buscar la esperanza de la sanación.  Todo el que cree, recibirá.  Recordad, tenéis que orar por el Santo Padre y por la Iglesia;  es muy necesario orar por la Iglesia.

“Es necesario que el pueblo de Venezuela, al cual tantas veces vuestra Madre Amantísima le advirtió que si no defendían su libertad serían esclavizados por el anticristo.  Si el hombre le sigue dejando espacio a la malignidad, para que el anticristo llegue y se cobije en cada corazón y en cada país, será el tiempo, entonces, que Mi Bien Amado vendrá a levantar a su pueblo y a su verdadera Iglesia.

“Todo tiene que regresar al rito que vosotros habéis olvidado y apartado para dejar entrar nuevas creencias en esa iglesia que Mi Amado os dejó.

“Orad, orad, la oración salvara vuestras almas, endulzará vuestros corazones, ensalzará vuestro espíritu y en una oración elevada al Señor, Él se regocijara en vuestra peticiones. 

“Orad por el presidente de este país y de todos los países del mundo para que sepan gobernar con Jesucristo primero, con El delante y con El atrás y la Santísima Virgen María y el Espíritu Santo os cubrirá a cada uno que testifique en Su Nombre.  Amén, Amén y Amén.”