Mensaje Mensual de Nuestra Madre Amantísima para todos sus Hijos

Diciembre 13, 2010

“Mis pequeñas criaturas, vosotros no sabéis con cuanta alegría vuestra Madre os aparece en un día como el que vosotros hoy celebran una de las advocaciones de vuestra Madre Amantísima.  Allá arriba no hay tiempo; no es el mismo tiempo del hombre.  Hay millones de Rostros de María, vuestra Madre, al igual que de Jesús. 

La Virgen en la Advocación de la Guadalupe, Reina de América, Reina de las Flores, es una Advocación maravillosa.  Mis pequeñas criaturas, lo mismo que vosotros celebráis cuando el Divino Nace, vosotros tenéis que saber que esa Criatura que vosotros adoráis es Él, Jesús mismo, el Grande que cargó la Cruz, muriendo en Ella por cada uno de vosotros y de vuestros pecados. 

Vuestra Madre Amantísima cuando se apareció a Juan Diego, ese pequeño indio, sin educación, sin sabiduría, sin saber nada, se le presenta y le dice “Yo soy vuestra Madre Amantísima, la Virgen María.”  El pequeño indito no sabía qué hacer con aquellas apariciones y por más que se los decía a los grandes sacerdotes de la época, nadie le creía porque era un ser humano que no conocía nada de nada.  Jesús manifiesta Su Gloria en los más humildes, en los que no tienen sabiduría, en los que no conocen nada, en los que no son nada, para humillar aquellos que más saben, aquellos que se pasan una vida entera estudiando las Sagradas Escrituras y todavía no son capaces de entenderlas como verdaderamente son.  Ese pequeño Juan Diego hoy santo, humilde, miserable, hambriento, necesitado de todas las cosas y a él se le apareció la Virgen en la Advocación de la Guadalupe.  En ese momento, la Virgen le enseñó que llevaba en su vientre al Divino Niño.  Recordad  que sobre su vientre tenía un lazo.  Ese lazo representaba a María en estado de gravidez, llevando en su vientre al Pequeño Gigante, a Jesús. 

Vosotros en el mundo celebráis muchas cosas, hijos Míos. Vosotros celebráis la Natividad del Pequeño Gigante, pero no enseñáis a vuestros hijos que ahí en ese pequeño pesebre donde el estuvo acostado, en esa gruta que era solamente de bestias, de reces, de caballos, de burros, nació el Rey de reyes.  Vosotros los hombres hoy no enseñan a vuestros hijos que significa la humildad del Rey de reyes en un pesebre de bestias.  Los niños hoy no saben qué significa eso. Ponéis en vuestros hogares el pesebre, pero no explicáis que  lo que significa es que Jesús nació al mundo trayendo la Luz.  La Luz para cada uno de vosotros, para que vosotros sepáis que en ese pesebre se encontraba el mismo Dios en Jesús, el mismo Espíritu Divino que un día manifestaría Su Gloria cuando Él azotado, cargando las cruces de vuestros pecados, se manifestaría en esa forma para enseñaros a cada uno de vosotros, que en el mundo no hay inocentes porque todos sois pecadores, personas que no creen en aquello que estaba pasando en aquel lugar.

 No conocéis la historia, no registráis las Sagradas Escrituras, no escucháis la Palabra del Padre Celestial cuando os habla para advertiros las cosas que llegarán al mundo por la incapacidad de cada uno de vosotros que no sabéis que significa la Luz que llegó en aquel momento para los hombres que se encontraban en tinieblas adorando dioses de madera, de hierro, de roca, cuando había un Dios convertido en una Criatura Naciendo al mundo para traer la Luz a los hombres que vivían totalmente en tinieblas.

Pequeños Míos, hoy el hombre abraza cultos que Jesús no hizo.  Jesús hizo un solo Camino para que vosotros caminarais por el y poder un día encontraros frente a frente con Jesús cuando Él os llame.  Vuestra Madre os pregunta este día, “Cuando Jesús os llame pequeños Míos, ¿escuchareis su voz?  ¿Reconoceréis la Voz de  Jesús cuando os llame, o estaréis en diferentes partes haciendo cosas que no deberíais hacer?” 

Dios, que es el mismo Jesús, el mismo Niño que nació en el pesebre, enviará y seguirá enviando Su Justicia a la humanidad.  Recordad la barca de Noé, cuando se desbordó el mar, creció y se tragó la tierra en aquel momento.  Vosotros no sois capaces de entender que Jesús es el mismo Dios que enviará para el hombre más desastres todavía hasta que el hombre entienda que en los pobres, los miserables, los ignorantes, ahí está Jesús.  Cada uno de vosotros  decís que tenéis fe y que vais continuamente a los templos a confesaros, a comulgar y no tenéis verdaderamente en vuestros corazones a Jesús, Él toca cada uno de vuestros corazones para que os deis cuenta de cuanta es la miseria que hay en el mundo, cuanta desgracia que el mismo hombre causa.  Seguir a Dios, que es el mismo Jesús que murió en la Cruz, que es el mismo Espíritu Santo que vendrá a la tierra con el fuego abrazador, porque el mundo no se volverá inundar, está reservado para el fuego.

 Imaginaos en un tiempo como éste, dónde estaréis cuando Jesús envié su justicia con su mano poderosa a la tierra que cada uno a su modo la destruye. Destruís las medicinas que os dejé en el mundo a través de la naturaleza para que el hombre pudiera vivir años, como vivió Abraham.  Novecientos años vivió Abraham y a esa edad tuvo su hijo, su primogénito a quien en un acto de fe quiso sacrificarlo para decirle a Dios, yo estoy contigo, yo te obedezco. 

Os preguntáis, ¿por qué están ocurriendo las cosas que ocurren en el mundo?  Hoy, en esa América, abrazada al anticristianismo, observad como envía Dios Su Justicia a través del agua.  Estáis viviendo una parte del Apocalipsis, una parte del diluvio y no os dais cuenta.  Hasta que el hombre no vuelva los ojos a Dios y se arrepienta de toda la malignidad que cubre su corazón no podrá liberar a sus pueblos porque Dios no se cobija en los corazones malvados.  El hombre hoy no lucha por liberar a sus pueblos de las garras del anticristo por eso seguirá sufriendo las consecuencias de sus errores porque no hay guerra sin sangre, ni parto, sin dolor como la pequeña os lo  dice siempre. 

María viene luchando contra la maldad en el mundo entero, apareciendo en todas partes, pero no tenéis el corazón abierto para dejarla entrar en cada uno de vosotros, no os enteráis de  nada de lo que pasa cuando María  aparece y os trae los mensajes de amor o de guerra.  Guerra contra la maldad, contra el vicio, contra la homosexualidad,  contra los abortos,  contra el hambre, contra la miseria, contra los gobernantes que llenan sus arcas con los denarios de sus pueblos y los dejan morirse de hambre. 

Mientras que el hombre no vuelva los ojos a Dios, seguirán ocurriendo más desgracias porque veréis señales en el cielo y cuando eso ocurra, temblad porque vendrán muchas desgracias para la tierra.  Cuando en el cielo hay señales el mundo se estremece y ninguno de vosotros sabéis cuando Dios os llamará, por eso, pequeños Míos tenéis  que arrepentiros verdaderamente, y si verdaderamente tenéis fe y tenéis amor, debéis compartir lo que vosotros no necesitáis con los infelices de la tierra que sí necesitan que los ojos de la humanidad se vuelvan hacia ellos.  Los hogares están todos destruidos porque los hijos están en el vicio del alcohol y la droga.  Los matrimonios, muchos destruidos por la infidelidad del hombre. Nadie sabe orar como Jesús os mandó; encerraos en vuestros hogares en vuestros cuartos y allí orad, pedid y habladle a Jesús que allí Él os escucha.  No tenéis que saltar, brincar o bailar para que Jesús os escuche.  Es allí de corazón a corazón hablando con Él donde un día os dirá, “Yo estoy aquí contigo y te acompaño.” 

Estad atentos, porque grandes cosas ocurrirán en la humanidad.  Ese hombre que está hablando y dando revelaciones sobre seguridad secreta será el promotor de los grandes acontecimientos que ocurrirán en la humanidad, en los muchos cambios que ocurrirán y los desastres naturales que acompañarán a todas esas adversidades que llegarán para el hombre.  El alimento escaseará.  El agua ha destruido todas las siembras en muchos países [Sur América y Europa] y habrá hambre como vosotros no os imagináis.  Preparaos en oración.  Preparaos con alimentos que no sean desechables.

Os bendigo, pequeños Míos, en el Nombre del Padre, del hijos y del Espíritu Santo.  Amen.”   

 

Noviembre 18, 2010  (Ecuador)

Mis pequeñas criaturas, mis pequeños, vosotros no sabéis cuanta alegría vuestra Madre siente al estar en este pequeño lugar, (Ecuador) donde la pequeña criatura viene cada cierto tiempo a recibir el mensaje de vuestra Madre.

  Hay muchas personas, pequeños míos, que vienen por curiosidad, mentalmente  tratando de confesar a la pequeña, será verdad que vuestra Madre puede visitarnos a través de la criatura que está presente entre vosotros; y es verdad,  vuestra Madre  toma su pensamiento y Jesús su corazón para poderos visitar,  aunque para venir acá la pequeña ha tenido que pasar muchos obstáculos, para poder llegar a hacer la obra de vuestra Madre  y de Vuestro Padre Celestial.

Os bendigo pequeños míos, por haber estado en este lugar y os digo que tenéis que estar preparados con alimentos, estar preparados en la luz (gracia santificante) para que podáis sobrevivir a los grandes acontecimientos que vengan para la humanidad, que ya se acercan.

Vosotros no sabéis cuando será que Vuestro Padre Celestial os enviará a los Ángeles a preparar a aquellos que verdaderamente caminan en la Luz y apartará a aquellos que no han sido capaces de ser obedientes a las leyes Divinas del Buen Padre. Vuestra Madre aparece en todas partes del mundo, escoge a sus criaturas que no saben nada, para poder Jesús conducirlas al buen camino, al camino de la luz, para poder tomar  la lengua, el pensamiento, el corazón de los que son escogidos para llevaros los misterios gloriosos, y que hoy vuestra pequeña os está ofreciendo.     

Y es así como vosotros podéis orar el  rosario que vuestra Madre os dejó para que donde se ore, el lugar quedará siempre bendecido y dedicado al Bien Amado  y a vuestra Madre  Amantísima.  Seguirá vuestra Madre  apareciendo en todas partes, nuestro Amado Jesús necesita salvaros, y a todos aquellos que se acerquen con verdadero amor y vuestros corazones abiertos a la verdad, a la sublimidad de un mensaje divino para todos vosotros.

Se acercan momentos difíciles, muy difíciles para este lugar dedicado al Buen Pastor y que  ahora  han desviado el camino.  Por eso Jesús mandara la justicia divina sobre todos aquellos que se apartan del camino que habían conocido y lo abandonaron para abrazar otros dogmas que nada tienen que ver con el Bien Amado.

                Vuestra Madre os dice: “Si camináis en la Luz, brillareis por siempre en la luz, porque cuando regrese  el Bien Amado os pondrá a su derecha, y a los que abandonaron el camino, y a aquellos que profanaron y profanan todos los días el nombre del Bien Amado; aquellos que lo profanan a diario en los templos, donde se crucifica diariamente al Bien Amado, a todo aquel que profane al Padre Celestial a través del Hijo, será condenado al ir irremediablemente al gehena de donde no podrán salir.

Yo prometí a la pequeña criatura que se recobraría para poder seguir el camino que le trazó el Bien Amado y aquí está,  y estará hasta que cierre sus ojitos.  Ella ama este lugar, hasta las plantas de este lugar y cumplirá la encomienda que Jesús le impuso Caminad con los pobres de mi tierra, como yo caminé hace tanto tiempo atrás con vosotros.  Todo lo que la pequeña os da es santo, y todo servirá para la sanación y salvación de todos aquellos que se acerquen con verdadero amor al lugar donde ella se encuentre.   Todo es enviado por el Bien Amado y aquel que dude no recibirá, Aquellos que tengáis fe seréis elegidos para ser sanados, no tengáis miedo, las manos de la pequeña las usa el Bien Amado y vuestra Madre  para que a través del médico Divino que es el Espíritu Santo traeros las salvación de alma y cuerpo a todas las criaturas que hoy la acompañan en el caminar por esta ruta de dolor, de contratiempo, todos veréis la luz del Bien Amado.

Orad, siempre orad por el templo donde sacrifican al Bien Amado, porque no sigan profanando el atrio del Señor.  No toméis en vuestras manos el cuerpo y la sangre del Bien Amado, que vuestra Madre  os ofreció a cada uno de vosotros en un ágape de amor, para que vosotros pudierais caminar detrás de Él, siguiendo sus pasos y sus huellas y defenderos de toda malignidad, aquí y en muchos lugares. 

Pasarán grandes acontecimientos porque faltan los volcanes, faltan los temblores de tierra, y muchos días de oscuridad que vendrán para la humanidad.  Recordad, muchos veréis la gloria,  pero otros seréis  raptados para que no veáis lo que viene.

Os bendigo, en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

Amen.

Noviembre 20, 2010 (Ecuador)

                Pequeños míos por eso Dios es Dios, Dios no tenía rostro, Dios era un Ojo Divino moviéndose entre las nubes, lo primero que creo Dios fueron los Ángeles, en cada uno de vosotros y en cada niño que es engendrado viene con un Ángel y si vosotros no le dejáis vivir (aborto) perdéis la gloria y vais al infierno.  El infierno existe, porque el hombre que Jesús o María escogen, les enseñan el infierno.  El infierno existe, es grande inmenso, cada uno de vosotros no os podéis imaginar, y son los hombres que hacen posible que el Padre Celestial deje caer toda su Divina  justicia sobre el hombre de todo lo que escrito en las Sagradas Escrituras. No es vuestra Madre  la que os habla, es Vuestro Padre Celestial, quien os está hablando. 

                Cada uno de vosotros sois responsables de las vidas que conciben vuestros hijos en sus vientres, y sois culpables de los actos que el hombre comete contra la humanidad, sin tener piedad, sin tener amor, sin tener nada.  Se acercan momentos difíciles para la humanidad, y el hombre será el culpable de lo que venga.  

Vosotros tenéis que orar por este gran país consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y María, no os imagináis lo que viene para la humanidad,  Dios no avisa cuando dejará caer su justicia, os encontrará dormidos en la fe, es por eso que vuestro Padre hace aparecer a Vuestra Madre en todas partes del mundo, para traeros al redil, es el único lugar donde vosotros vais a encontrar a Jesús de nuevo.

 No podéis ir por el mundo, sin hacer ninguna caridad.  Tenéis que ayudar a aquellos que pasan hambre, que no tienen donde refugiarse, donde protegerse de la lluvia, del sol, del sereno. Tenéis que ser labradores y también recoger la mies que está sembrada y que Jesús plantó para todos vosotros. Podéis alimentaros con la naturaleza que Dios os di.

Este lugar es sagrado porque aquí se regocijan vuestros sueños, vuestros deseos y grandes milagros  se esperan para este lugar, pero también grande es su justicia para aquel que viene aprobar a Dios

La pequeña seguirá caminando con las sandalias de Vuestro Padre Celestial que es Jesús mismo y es el Espíritu Santo. Seguirá caminando de la mano de la Virgen María, vuestra Madre, la que os di  para que os conduzca por el verdadero camino, que es el camino de Jesús. Vuestra Madre os conducirá por todos los caminos, porque todavía queda tiempo para hacer justicia,  todos los que tendrán las intenciones de hacerlos como el grupo que ha reunido la pequeña para seguir caminando sin descanso, arrastrando los pies y arrastrando el cuerpo, porque este país está bendecido por Dios y por la Virgen, vuestra Madre. 

                Este país no puede arrastrase con la malignidad, sino que tiene que elevarse porque Dios lo escogió para glorificarse en él y glorificar a Vuestra Madre Amantísima y la Narcisita, esa pequeñita que Vuestro Padre Celestial eligió para este pequeño país, pequeñita, pero su corazón era inmenso. Por eso fue que Jesús lo puso en sus manos y le dijo estas palabras que vosotros no conocéis: “Ahí te pongo mi corazón, pequeña mía, para que sea glorificado con tus propias manos, donde quiera que toquéis  a un enfermo, ahí os doy mi corazón. 

Y es a través de la pequeña que está ahora aquí atravesando  por el milagro de escuchar mi voz, reciba con este corazón Divino, Inmaculado, las bendiciones que os da Narcisa para hacer que este país sea siempre de  Dios, de Jesús y de María, para que todo el que se acerque no solo a Vuestra Madre, que se acerque a través de Narcisa, tenéis que honrarle, tenéis que pedirle, porque ella se aparece en el Santuario de Vuestra Madre, donde vive la pequeña  y allí es ella quien la trae y hace que los siervos que son de María la acompañen.

Tenéis una bendición inmensa en vuestros corazones porque Vuestra Madre está aquí, cada vez que la pequeña viene, Vuestra Madre viene con ella para anunciaros que tenéis que orar, tenéis que orar porque se acercan grandes desgracias para la humanidad y este país será tocado. Las noches de oscuridad no son tres noches, son muchas; cada vez que la justicia Divina toca al hombre hay muchos días de oscuridad.  Hay muchos días de dolor, pero cuando Dios se lleva a criaturas inocentes, personas inocentes, es en  el rapto que las viene a recoger, para que no vean lo que viene para el final de los tiempos.

Muchos serán raptados, pero muchos quedarán para seguir conduciendo al rebaño al verdadero camino.  Orad, orad en vuestros hogares.  Orad el Espíritu Santo está en este lugar; orad pequeños míos porque Dios os bendecirá y la pequeña os tocará. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen

Orad, orad, pequeño míos, los remedios que Vuestra Madre Amantísima os da a través de Jesús, son los que Dios ha hecho para vuestra sanación de cuerpo y alma.

Os amo y os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amen.

 

Noche de Vigilia

Diciembre 4, 2010

                Mis pequeños, mis pequeñitos, bendito sea Dios por dejar que vuestra Madre Amantísima pueda estar hoy con cada uno de vosotros, en estos días que vosotros celebráis y son tan especiales,

Vuestra Madre está  feliz porque lo que os ofreció se ha cumplido, la pequeña pudo realizar la misión que el Bien Amado le ha dado.  Pudo realizar en compañía de los Ángeles, aquellos que la acompañan que la custodian todo el tiempo.

 Vuestra Madre se regocija al ver a la pequeña caminar, puede hacer lo que ella dice que quiere ser, servidora y no ser servida.  Vosotros no sabéis lo que vuestra Madre guarda en el corazón por todos sus hijos, por todos aquellos que se arriman a la criaturita, aquella que vino al mundo a traer la luz, para el hombre que vivía en tinieblas y en la oscuridad de la fe, adorando ídolos que nada tenían que ver con el Bien Amado.

                Vuestra Madre sufrió en lo más profundo de su corazón aquel advenimiento de alegría, pero que también marcaba el camino del dolor, el camino de la cruz, nadie como vuestra Madre sufrió aquel nacimiento espiritual, porque estaba preparada para que siguiera un camino de amor y de dolor, de redención hacia lo que sabía que cargaba, la Eucaristía, la Sagrada Eucaristía, cargaba con ella en su vientre sabiendo que al final tendría que entregárselo a todos los hombres para su propia salvación.

María, y la Eucaristía Divina, así era vuestra Madre, tabernáculo de amor, donde se engendró el Padre para hacerse hombre para hacerse verbo, para hacerse carne por cada uno de vosotros que estáis hoy en este pequeño lugar, pero el hombre no entiende todavía porqué tendría que María sufrir las consecuencias de un amor infinito hacia el Padre Celestial que se engendraría en ella, para poderle dar rostro al rostro que no tenía.  Vosotros no entendéis al Padre Celestial, no tenía rostro tenía que engendrarse en María.  María madre de la Eucaristía, tabernáculo de amor en la tierra donde Dios se engendró para traer la luz al mundo que vivía en tinieblas.  Cada vez que vosotros celebráis estos tiempos de adviento, de esperanza con la venida de ese pequeño gigante que es Jesús desde sus primeros años.  Cuando adoráis al pequeñito, los Ángeles cantan a vuestro alrededor llenos de gracia, por la venida del Buen Pastor, del pequeñito, para traer la alegría a aquellos que le dieron el derecho a nacer y que no truncaron esa vida, asesinando en pedazos, sacándolos del vientre, donde debían de estar cobijados, trayendo el amor a un hogar, una vida.  No sabéis como vuestra Madre sufre cuando ve un niño abusado, abandonado, enfermo.  Este es un tiempo de esperanza porque nació a la vida el Rey de reyes, el Señor de Señores, trayendo como regalo una Cruz que el hombre lo obligaría a cargar, arrastrándola, dejando su piel sobre la arena del desierto.  Era un Cruz de amor y de perdón, de justicia. 

Este tiempo es para hacer feliz a un niño, cada vez que vosotros hacéis algo por esas criaturitas que no tienen a nadie a su alrededor que los cuiden o que están en esos lugares refugiados por no ser queridos, abandonados, maltratados, sufriendo las consecuencias de los errores de las madres insensatas que conciben en su vientre a una criatura no deseada.  Recordad mis pequeñas criaturas que Jesús y María  derraman sangre en todas partes del mundo.  Es la misma sangre que se derramará en el mundo entero por los errores que el hombre comete a diario, buscando vida en otros lugares donde no les corresponde, cuando en la tierra millones de criaturas mueren de hambre de sed, de enfermedad porque el hombre no se ocupa de alimentar a sus pueblos.

Grandes cosas se avecinan para la humanidad, vendrá el hambre en muchos lugares, enfermedades catastróficas por las aguas y los alimentos contaminados.  La humanidad está en pos de su propia destrucción.

 Hay una revelación que Vuestra Madre le dió a la pequeña que todavía no la tiene en su libro de revelaciones.  El que tenga oído que escuche y el que tenga lengua que hable.  Al presidente de Colombia, lo intentaran asesinar.  Hacedle llegar el aviso de vuestra Madre.  Intentarán asesinarlo los lobos que tiene alrededor,  con el que hoy él se da la mano.  A este país le esperan grandes, pero grandes acontecimientos.  La tierra temblará en muchas partes provocando que muchos volcanes despierten del sueño que han tenido.  Preparaos cada uno de vosotros en vuestros hogares, alimentos y agua que debéis cambiar de tiempo en tiempo, cuando tengáis algo que no necesites llevadlo a los hogares donde los pobres lo esperan.  Os bendigo, en el nombre de Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amen.